FICHA
Director: Paco Plaza
Año: 2012
Duración: 81 minutos
Reparto: Diego Martín, Leticia Dolera,Javier Botet, Mireia Ros.
Género: terror
SINOPSIS
Absolutamente cada mínimo detalle del enlace entre Koldo y Clara ha sido minuciosamente preparado. La boda perfecta y su posterior banquete y fiesta se están desarrollando entre risas y alegría, cuando algo extraño le sucede a uno de los asistentes. Entonces da comienzo una lucha por salvar el pellejo a toda costa en la que primaran el surrealismo y fantasía.
TRAILER
CRÍTICA CON SPOILERS
REC3 Génesis es una precuela de las anteriores dos películas de la saga. Llegó a los cines 5 años después del estreno de la original y los hechos de ficción suceden de manera simultánea a los de aquel primer filme.
En aquella REC de 2007, la mayor parte de la película la vivimos en primera persona dentro de una vivienda decimonónica de la ciudad condal, sin comunicación con el exterior. El espectador vive en el caos y el desconcierto, con la misma cantidad de información que el cámara que filma todas las tomas.
Dicho lo cual, es perfectamente posible que, a varios kilómetros, se haya desatado también un caos zombi. Sin embargo, el origen del segundo brote parece ser el perro infectado que habitaba en dicho edificio, cuando mordió al veterinario en la clínica. Aquí tenemos la primera gran incongruencia de la película. Por lo visto, un veterinario sufre una mordedura pero las autoridades le dejan marcharse a una boda con la mano vendada; esas mismas autoridades que horas más tarde iban a introducir a un experto en la enfermedad en un edificio en cuarentena.
Tendremos que creer que hechos tan inusuales como la resurrección de un perro y una mordedura en la mano de color negruzco son nimiedades que se pueden pasar por alto cuando unos hombres vestidos con trajes de riesgo biológico invaden la consulta veterinaria y comienzan a hacer innumerables preguntas.
La primera parte de la película está grabada en idéntico formato al resto de la saga. Las cámaras del evento, en manos de un profesional y de un aficionado son testigos del convite, el jolgorio y la embriaguez de algunos de los presentes, grabando todas las escenas en primera persona.
Este hecho cambia cuando se desata la invasión zombie. Y digo invasión porque a pesar de que el inicio parece ser una mordedura del veterinario, automáticamente comienzan a entrar hombres saltando al más puro estilo vampiros de Crepúsculo. Esto chirria a primera vista porque aunque el albéitar ha estado merodeando por el jardín, no lleva manchas de sangre ni ningún signo de violencia que pueda pensar que ha estado mordiendo a personas con anterioridad.
Como decía, la cámara pasa a una tercera persona, y así se pierde la esencia de la saga REC y se pierde el efectismo.
Después de una rocambolesca huida en el que terminan dentro de una iglesia, templo sagrado al que no se acercan los contagiados, asistimos a una escena cómica y ridícula: cuando Koldo se enfunda la armadura de San Jorge y, empuñando un escudo y un lucero del alba, se lanza a buscar a su chica. Para la aventura cuenta con la compañía de un “Sancho Panza” sudamericano embutido en cota de malla.
Mientras tanto, Clara y el cura (primer cura invitado a una boda en toda la historia) se encuentran a una joven pareja que en pleno orgasmo no se ha enterado absolutamente de nada. Ni de los gritos y alaridos, ni de los cristales rotos, ni del olor a sangre. En según qué momentos soy un poco terco a la hora de aceptar situaciones tan incomprensibles.
Este afortunado párroco al que invitan a los eventos que oficia, sabe mucho más de lo que cuenta, lo que da a entender que la epidemia es una historia que viene de muy atrás y que la iglesia está implicada al máximo, muy lejos de ser un macabro experimento de un religioso marginado. Gracias a esos conocimientos consigue salvar el pellejo al soltar una serie de plegarias delante de los gules.
Un poco más tarde, en plena huida Clara presiente que Koldo todavía sigue vivo a pesar del ridículo atuendo medieval que se gasta y, para regresar en su búsqueda, escoge una pesada motosierra para sacrificar a los zombies con los que se cruce y ya de paso saciar la sed de sangre del espectador gore. Una motosierra: un instrumento muy silencioso, manejable y liviano. Me parece más un tributo a Ripley en Aliens que una decisión seria por parte del guionista.
Como podéis ver, la película se va deshaciendo como un azucarillo al encadenar un sinfín de pendejadas. Termina en un encuentro entre los dos novios, recién casados y acorralados, que ven que van a morir cuando iban a ser padres. Pero el párroco salvador emite ahora las plegarias en estéreo e hipnotiza a toda la horda de zombies. Bueno, a toda no, porque el abuelo sordo aún tiene que dar el último mordisco e infectar a la novia. La infección del novio ya no la voy ni a comentar. Solo diré que se merece el tiroteo posterior al más puro estilo El Padrino o Training day.
La única duda que me queda por resolver es qué le sucede al cura, porque supongo que se quedará sin voz en unas horas debido a su avanzada edad. O quizás cortan la electricidad del recinto. En la última película de la saga, que estrenan está misma noche, saldremos de dudas. Espero que esta nueva entrega sea continuidad de la flecha descendiente que ha marcado toda la saga desde la secuela, aunque parece inevitable.
Celuloide